Las madres son las figuras más importantes en la vida de una persona. Nos dan cobijo, protección, cariño y seguridad. La labor que desempeña una madre adquiere un valor casi incalculable. Aprenden a ser madres sin que nadie les enseñe, sienten un vínculo con sus hijos desde el primer momento en que se quedan embarazadas y lo dan todo por la felicidad de sus hijos. Son madres corajes. Madre no hay más que una. A fin de honrar la labor de las madres, se ha creado el Día de la Madre. Se celebra el primer domingo de Mayo. Es un día dedicado exclusivamente a ellas para agradecerles su entrega, pasión y sacrificio.
Todos los días son una buena oportunidad para expresar a nuestra madre todo lo que la queremos y darle las gracias por darnos su vida. Pero el Día de la Madre resalta todos estos valores. Es un día para dedicar por completo a la persona que nos trajo a este mundo y que nos ha hecho tal y como somos. Durante este día nos vienen muchos recuerdos a la cabeza. Nos acordamos especialmente de todo lo que ha hecho nuestra madre por nosotros y nos damos cuenta, más si cabe, de que es el pilar de nuestra vida. Nos gustaría que fuese eterna para que nos lleve de la mano durante toda nuestra vida. Si este es tu deseo, como el de muchos otros, en este artículo te vamos a ayudar a proteger a tu madre.
Los rituales son nuestros mejores aliados. En ellos siempre podemos encontrar los beneficios que buscamos. Nos ayudan a que nuestros deseos se cumplan. En relación al Día de la Madre, existen varios rituales que nos proporcionan protección. A continuación te vamos contar cómo realizar uno de ellos.
El siguiente paso es coger el vaso de agua y echarle la sal marina. Después de unos minutos, deberemos verterla sobre el papel, unas gotas. A continuación, quemaremos el coco, es decir, incienso de coco. Esta fruta tiene la propiedad de la protección. Cuando la habitación haya quedado impregnada de ese incienso, deberemos envolver el coco en el papel y ponerlo en la mesita junto a la cama. Pero previamente deberemos haberlo calentado con la llamada de las velas. En el momento en que notemos que el humo del incienso se ha consumido, apagaremos las velas. Y durante los días siguientes, tenemos que ir encendiendo las velas hasta que se consuman porque en su interior se ha quedado toda la magia de la protección del coco y la luna.
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Todos los días son una buena oportunidad para expresar a nuestra madre todo lo que la queremos y darle las gracias por darnos su vida. Pero el Día de la Madre resalta todos estos valores. Es un día para dedicar por completo a la persona que nos trajo a este mundo y que nos ha hecho tal y como somos. Durante este día nos vienen muchos recuerdos a la cabeza. Nos acordamos especialmente de todo lo que ha hecho nuestra madre por nosotros y nos damos cuenta, más si cabe, de que es el pilar de nuestra vida. Nos gustaría que fuese eterna para que nos lleve de la mano durante toda nuestra vida. Si este es tu deseo, como el de muchos otros, en este artículo te vamos a ayudar a proteger a tu madre.
Los rituales son nuestros mejores aliados. En ellos siempre podemos encontrar los beneficios que buscamos. Nos ayudan a que nuestros deseos se cumplan. En relación al Día de la Madre, existen varios rituales que nos proporcionan protección. A continuación te vamos contar cómo realizar uno de ellos.
Ritual del Día de la Madre
Este ritual hay que hacerlo en la madrugada que da paso al primer domingo de mayo. Después reúne los siguientes elementos: velas mágica de color rosa, un vaso con agua, sal marina, un papel y coco. Deja el vaso con agua al aire libre para que vaya cogiendo las energías de la luna. Dentro de la casa, en concreto en la habitación donde duerme la persona a la que queremos darle protección, colocaremos las velas y las encenderemos. La idea es que una de ellas esté a la luz de la luna, pero dentro de la casa, es decir, podemos colocarla en la repisa de la ventana.El siguiente paso es coger el vaso de agua y echarle la sal marina. Después de unos minutos, deberemos verterla sobre el papel, unas gotas. A continuación, quemaremos el coco, es decir, incienso de coco. Esta fruta tiene la propiedad de la protección. Cuando la habitación haya quedado impregnada de ese incienso, deberemos envolver el coco en el papel y ponerlo en la mesita junto a la cama. Pero previamente deberemos haberlo calentado con la llamada de las velas. En el momento en que notemos que el humo del incienso se ha consumido, apagaremos las velas. Y durante los días siguientes, tenemos que ir encendiendo las velas hasta que se consuman porque en su interior se ha quedado toda la magia de la protección del coco y la luna.
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